La “rumiación”, un trastorno obsesivo puro

Sufrir un Trastorno Obsesivo puro, sin compulsiones visibles como lavarse las manos continuamente, o contar, u otros rituales repetitivos, en la que la compulsión no visible de las personas que padecen este trastorno es sumamente angustioso, les lleva a  practicar rituales mentales, una rumiación de pensamientos de manera continua, con pensamientos relacionados con la responsabilidad, la sexualidad, la violencia, etc.

Algunos ejemplos de rumiaciones de pensamientos en este trastorno obsesivo puro que las personas refieren son: el  miedo a no ser suficientemente bueno para su pareja o para personas cercanas, miedo a hacerse daño a sí mismo o a seres queridos; miedo a ser homosexual cuando se es hetereo, o viceversa; se piensan responsables de los actos de las personas cercanas…Por eso aquellos que padecen esta compulsión de pensamientos intrusivos de forma repetitiva sufren de una inmensa angustia, tienen remordimientos, a menudo creen que son malas personas, que es responsabilidad suya ser el sostén emocional de personas cercanas, evitan lugares relacionados con aquellos que forman parte de esos pensamientos, buscan refugio o consuelo en la religión o en la seguridad de que su familia puede llegar a reconocer que hace lo correcto, por ejemplo.

Qué se puede hacer para aliviar esta angustia, para tratar este trastorno?. Aunque la rumiación de pensamientos (trastorno obsesivo puro) no es un trastorno grave, sí puede llegar a generar mucha ansiedad e incapacitar a la persona para llevar una vida normal. Pues los pensamientos obsesivos o rumiatorios tienen el mismo carácter que los trastornos obsesivos con rituales motores, aunque son más difíciles de identificar.

Lo primero sería acudir a un profesional para hablar e investigar que este pensamiento intrusivo desagradable en nuestra mente “pasa por algo” y hay que revisar que hay detrás de este rumiar. Comenzar a tratar el trastorno, buscando la no evitación de pensamientos obsesivos, tratar de normalizarlos, identificarlos, exponerse a estos pensamientos sin neutralizarlos, hasta que una exposición repetitiva a ese pensamiento dejará de tener el poder de provocar emociones que nos hacen sufrir. Una vez identificado el pensamiento intrusivo (normalmente catastrófico) se trata de buscar una interpretación más realista, evitando rituales neutralizadores que acaban por convertirse en otro ritual más.

Existen numerosas técnicas para tratar el TOC que se pueden poner en marcha, bajo la supervisión de un profesional, como la técnica de la silla rumiatoria que se utiliza para dar un espacio y un tiempo a esos pensamientos recurrentes; las autoinstrucciones positivas; las técnicas de relajación y respiración para reducir la ansiedad; la parada de pensamiento en el momento en que éste esté en su punto máximo…

Algunos profesionales sugieren para su tratamiento una combinación de fármacos y terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, la psicoterapia en la que el sujeto tenga una participación más activa poniendo en marcha técnicas que lo involucren en el tratamiento y poder encontrar ese “pasa por algo” puede tener mayor efecto que la medicación, ya que los efectos de ésta solo duran mientras dura el tratamiento, y una vez iniciada la medicación para el trastorno obsesivo compulsivo, se aconseja no abandonarlo nunca.

Involucrarse en la cura de manera activa siempre tiene mejores y más duraderos efectos y evitaremos aquello de “a más química, menos sujeto”.



Imágenes: Rosa Rosado



 

2 respuestas a “La “rumiación”, un trastorno obsesivo puro

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